Reformismo y Alternativas




El debate de reforma tributaria comienza con la pregunta de si realmente la necesitamos. Mal que mal el Estado se queda con 20% del PIB y subir los impuestos es aumentar su predominancia en nuestra economía. Cada 1% de crecimiento aumenta la recaudación en un 6%, entonces, en vez de hacer crecer al Estado lo mejor es hacer crecer al país.


El 48% de recaudo por impuestos corresponde al progresivo IVA, razón por la cual ha propuesto  el Instituto Ciudadano un IVA diferenciado y orientado hacia la educación. El impuesto a la renta, el que pagan empresas y personas, es de un 40%. Al centrarnos en el IVA se observa que a mayor crecimiento, mayor recaudo dado que el consumo representa un 65% del PIB, entonces se hace presente la necesidad de una redistribución de los impuestos que elimine estos efectos negativos.

La estructura actual de impuestos explica, en parte, por qué el crecimiento económico no llega a todos. En contrapartida, el Impuesto a la Renta no crece con la misma magnitud, es decir, no necesariamente a mayor crecimiento económico mayor recaudación por parte de las empresas y personas. El índice GINI, que mide la equidad en la distribución de ingresos, ha venido mejorando de la mano del crecimiento económico, pero con una deficiente celeridad.

Crecemos sobre la base de la explotación de recursos naturales, entonces una redistribución de ingresos que busque más crecimiento es en sí, mayor explotación de nuestros recursos naturales y dependencia de ellos. Para mitigar los efectos negativos de una sobreexplotación nacen los progresivos impuestos verdes que se están proponiendo y que afectarán el crecimiento económico, ahora desde la inflación. Entonces, aunque tengamos una redistribución para cuidar la sustentabilidad, queda en evidencia que debemos cambiar la estrategia actual de crecimiento económico.

Cada 1% de inflación resta 0,1% de recaudación de impuestos, entonces la inflación, que no se ha podido controlar en los últimos cinco años, debido a una estructura obsoleta de su gestión que impide que Hacienda se haga cargo de la inflación exógena, pueden llevar a que el Banco Central este miércoles subas las tasas, sumándose a la irracionalidad en este tema aplicadas por Massad, Corvo y De Gregorio. A mayor tasa, menos consumo, mayor dólar, mayor precio del petróleo, del que depende el transporte y la generación de energía. Es decir, más inflación, menos recaudo de impuesto.

Una reforma tributaria es efecto de necesidades sociales no cubiertas, de la mano de un sistema económico obsoleto que debemos mejorar y con ello los impuestos adyacentes a una nueva realidad basada en nuevos paradigmas de inflación exógena, gestión sustentable de recursos naturales y equidad en la distribución del crecimiento económico.



Por Sergio Ballesteros. 

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