Israel y la fábrica de ángeles en Gaza.




La ceguera selectiva de la comunidad internacional y de la liga árabe, una vez mas hacen eco dentro de los poblados palestinos de KhanYounis, Deir Al Balah, BietHanounque siguen y seguirán incólumes dentro de este pequeño infierno en la tierra llamado Gaza.

Los ataques de tanques, cazas, aviones teledirigidos, helicópteros apache, 75 mil reservistas listos para atacar a la orden, son el más grande y poderoso ejército de ese lado del mundo en ataque feroz contra una población que se mueve todavía en burro, como en la época de Jesucristo. 

Mientras el presidente de Egipto, Mohamad Morsi, dijo desde el Cairo, que altos cargos de seguridad egipcios tratan de mediar para conseguir una tregua con los lideres de Hamas y de la Jihad Islámica,  y que “había algunos indicios de que hay una posibilidad de un alto al fuego pronto, pero aun no tenemos garantías”, el hace poco re electo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, desde Tailandia sin ningún empacho al ser consultado por el nuevo ataque israelí a la Franja de Gaza, dijo que “apoyo totalmente el derecho de Israel a defenderse de los misiles”, podemos darnos cuenta como el monstruo imperialista norteamericano aun no acaba su sed de sangre, apoyando de manera inusitada al “pueblo elegido” de Israel.

Pero, los líderes de las distintas potencias mundiales y de la ONU podrán seguir llamando al cese al fuego de “ambas partes” sin siquiera poner un pizca de esfuerzo en recordar quien es el verdadero terrorista en Medio Oriente, no porque tengan mala memoria, sino que simplemente no les conviene a su ya abultados bolsillos de dinero manchado de sangre por su silencio cómplice.

Indiferente a todo análisis, Israel ha transformado los hospitales palestinos en fábricas de ángeles, sin darse cuenta del odio que genera, no solo en Palestina, sino en todo el mundo. Las fábricas de ángeles trabajan sin pausa, desde el asesinato de Ahmed Al – jaabari, lo sabemos muy bien por el estruendo de las explosiones que escuchan los que tenemos un pedazo del alma en la Franja.

Esos cuerpecitos desmembrados, amputados, y esas vidas sesgadas incluso antes de florecer, serán una pesadilla para quienes quisimos hacer “algo” y no podemos hacer nada, pero si todavía nos quedan fuerzas para contar su final es porque queremos hacer justicia a quien ya no tiene voz, y quizás a quien no ha tenido nunca oídos para escuchar.

Por Sergio Ballesteros Abu Hassan para La Ventana

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