Gaza y la incólume resistencia







Otra vez los informativos mundiales han abierto sus ediciones mostrando el “nuevo golpe al terrorismo” que el estado de Israel ha propinado con uno de sus asesinatos selectivos al líder militar de Hamas, Ahmed al-Jaabari. Ya hasta el momento de terminar estas líneas había 29 victimas inocentes que no tenían nada que ver con Hamas, que su único gran delito fue nacer en la tierra de sus ancestros demostrándole al mundo que debe existir una Palestina libre y soberana. 


Mientras por el otro lado, los altos mandos militares israelíes, vociferan al mundo que han sido atacados y están en su derecho legítimo de defensa, y no contentos con ello pregonan ante la opinión pública mundial, que los únicos muertos en este ataque irracional llamado “operación Pilar de contención” son los terroristas de Hamas. Me gustaría que ojala alguno de que estos mercaderes de la muerte, pudieran hablar solo un minuto con el periodista y corresponsal de la BBC, Jehad Masharawi, a quien una de estas “selectivas” bombas no solo le arrebato la vida a su pequeño hijo de 10 meses, sino que también a su hija de 4 años, a su hermano, cuñada y dejo gravemente herida a su esposa. Claramente este deseo es imposible y estos señores en sus grandes oficinas de Tel Aviv no se les mueven ni un musculo ante el sufrimiento de todo el heroico pueblo de Gaza. 

También en una mirada al otro lado de la franja, esta nueva ofensiva israelí se produce a dos meses de que el próximo enero se celebren elecciones generales en el país y apenas dos semanas antes de que los palestinos pidan a la Asamblea General de la ONU que vote su reconocimiento como Estado observador.

Esta política seguirá ocurriendo y los gazatíes saben muy bien que desde Israel es una nueva amenaza a que los ataques proseguirán, ya que pretenderán construir un desierto y lo llamaran paz y el lamentablemente el seguido silencio del mundo, seguirá siendo mucho mas ensordecedor que las explosiones que cubren la ciudad como un sudario de terror y muerte.

El subcomandante Marcos, se pregunto en algún momento “…pero, ¿sirven nuestras palabras? ¿Detienen alguna bomba nuestros gritos? ¿Nuestras palabras salvan la vida de algún niño palestino?, tal vez no detengamos una bomba y tampoco nuestra palabra se convierta en un escudo blindado que evite que alguna bala llegue al pecho de una niña o un niño, pero nuestra palabras pueden sumarse a muchas en el mundo que habrán una grieta en la negra habitación de la muerte y produzcan que una lucecita se cuele”. 



Por Sergio Ballesteros Abu Hassan para La Ventana
a

.